martes, 7 de junio de 2016
colegio san ildefonso
Fundado en 1499 y abierto en 1508, contaba con becas para 33 colegiales y
fue el más importante de los colegios alcalaínos. Su edificio fue
diseñado y construido por Pedro Gumiel (1499-1508), la fachada
monumental por Rodrigo Gil de Hontañón (oficialmente, 1537-1553) y el
primer patio por Juan Gómez de Mora y José Sopeña (terminado en 1662)
Gobernó la Universidad durante toda su historia pues de entre sus
colegiales se elegía al Rector, Consiliarios, Tesorero y demás puestos
de gobierno. En su edificio se impartían clases de Filosofía, Teología,
Cánones y Derecho Civil, se hallaba la biblioteca principal, se
realizaban los exámenes y los actos oficiales de la Universidad, amén de
la mayoría de actos religiosos en la capilla donde fueron enterrados
Cisneros, Nebrija o el Divino Vallés. Entre sus colegiales sobresalieron
Santo Tomás de Villanueva y Gaspar Melchor de Jovellanos. Se extinguió
en 1836 con el cierre de la Universidad. En la actualidad es el
Rectorado de la Universidad de Alcalá.
colegios cisnerianos
Colegios fundados por Cisneros en vida. Planteados como el núcleo de la
Universidad, en ellos se asentaron las facultades a las que acudían no
solo sus colegiales, estudiantes que allí vivían con todos los gastos
cubiertos, sino todo aquel que se matriculase en los estudios que allí
se impartían.
san pedro y san pablo
6. Colegio Menor de San Pedro y San Pablo
Fundado el 13 de marzo de 1513, el Colegio de San Pedro y San
Pablo acogió en principio a trece estudiantes franciscanos. Como el
edificio se halla en el lado oriental de la fachada universitaria, no
resulta difícil evocar a esos colegiales, instalados en el epicentro de
la ciudad universitaria. Como en otras ocasiones, es Marcel Bataillon
quien nos ayuda a entender las cualidades de esta institución, tan
vigorosamente arraigada en la villa. «El fermento del humanismo
cristiano —señala— se mezcla íntimamente aquí con la vida de un gran
colegio de teólogos, y penetra en la Facultad de Artes y en los colegios
de gramática que son los satélites de San Ildefonso. De ahí su
eficacia, sin duda desproporcionada con su trascendencia aparente. No
nos imaginemos multitudes en torno a la cátedra donde Francisco de
Vergara enseña griego. En el otoño de 1525 no contaba más de doce
estudiantes. Dos años después no tiene sino unos veinte. Según el estudio citado en la nota anterior el inventario de los bienes de la Universidad redactado en 1526 ( incluye una lista de “libros del Colegio de los frayles de Sant Pedro y Sant Pablo”, en la cual hay un In Thimeo Plato, una Grammatica Aldi y un Vocabularium graecum, lo cual demuestra que se estudiaba griego en este colegio monástico
He aquí, pues, una llamativa muestra del sesgo humanista que debieron
de adquirir los colegiales de San Pedro y San Pablo. Alojados en ese
edificio de ladrillo, tan austero, erigido en el siglo xvii,
los estudiantes pasearon muy probablemente por el patio renacentista,
ornado con columnas toscanas y arcos de medio punto en su cuerpo
inferior. También cabe evocarlos en sus horas de recogimiento, quizá
orando en la capilla barroca, o acaso leyendo en silencio sus
devocionarios.
Con todo, la sobriedad de la imagen puede empañar otros brillos. Colegio Mayor desde 1549, el de San Pedro y San Pablo fue un centro formativo y espiritual extraordinariamente eficaz, por el que pasaron más de una treintena de obispos. Acaso la estadística case mal con una institución religiosa, pero esa medida puede servir para dar una idea de su importancia.
Con todo, la sobriedad de la imagen puede empañar otros brillos. Colegio Mayor desde 1549, el de San Pedro y San Pablo fue un centro formativo y espiritual extraordinariamente eficaz, por el que pasaron más de una treintena de obispos. Acaso la estadística case mal con una institución religiosa, pero esa medida puede servir para dar una idea de su importancia.
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